Cuando entras a una casa, sientes que entras a un laberinto sin salida, y que cada casa tiene su propio laberinto. Me ha pasado que cuando voy a las casas de amigas o de conocidos siento un gran temor por entrar a su hogar, porque me imagino que puedo perderme (en especial con las casas de 2 pisos). No les ha pasado que cuando desean ir al baño les dicen: "Mira, sigue derecho, dobla a la izquierda al fondo, luego a la derecha, al frente de la pieza que tiene un letrero"; pues sigues las indicaciones y te das cuenta que llegas a otro lado o que hay dos piezas con letrero, o peor aún, encuentras el baño, pero esta ocupado.
Por eso, yo adoro mi hogar (por su estructura, no el ambiente; ese será otro escrito), y en especial mi pieza. El ambiente que tiene mi pieza, puede que sea único, porque cada detalle que hay uno se da cuenta que marca una etapa o episodio de mi vida. Mi puerta es blanca y tiene un pequeño letrero rosado (para mi mala suerte) con mi nombre (como si me perdiera y entrara a otra pieza a dormir); puedes entrar y al medio de la habitación está mi cama, y sobre ella tengo un peluche de Perrry el Ornitorrinco (si no sabe quién es, Dios lo castigue). En el respaldo, también tengo peluches, muchos regalados, otros robados, y otros que de la nada han llegado a mi pieza. Tengo un gran closet, donde guardo toda mi ropa (les dije como me visto?) bueno, lo explicaré en otro momento. Lo más importante es el velador, tengo sobre ella 2 cámaras polaroid que funcionan, una botella con arena y dentro de ella hay un papel que contiene una pequeña parte del cuento "El Principito", un joyero y una cajita musical que toca la canción "Yesterday" de The Beatles; además hay una radio, lamentablemente tengo los posters enrollados porque no me los dejan pegar en mi pared, y son de peliculas y de pinturas, además de tener 2 pequeños baules, unos sombreros colgados, unas zapatillas de ballet, una sombrilla.... y un pequeño sofá donde me siento cada vez a escribir, llorar, pensar, sufrir, y desear.
Qué adorable tu habitación, en cierto sentido te envidié al leer esto, la casa de mis papás es del serviu y no hemos podido ampliarla, así que comparto pieza con mi hermana y es difícil darle sentido a mi propio espacio, más allá de una pared donde tengo algunas cosas puestas con punch pins y una repisa con peluches que me miran y me asustan... además, al salir de casa y vivir en pensión me ha sido difícil encontrar una pieza, un espacio que pueda considerar como MÍO para decorarlo y vivirlo cada día... y justo ahora que lo había encontrado, o al menos algo donde me sentía en paz, una especie de madriguera donde me escondo al finalizar cada día, he decidido buscar otro lugar para vivir y por ende le abandono... ojalá siempre puedas contar con ese espacio para ti que te inspira y te permite escribir tan bonito.
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